lunes, 7 de junio de 2010

GASEOSA MALA¡¡¡


Es muy común recibir un vaso de gaseosa, cuando vas de visita a la casa de unos amigos, o después de jugar un partido de futbol o acompañarlo con el Por Corn cuando ves una película. Los amantes apasionados de las gaseosas que cargan sin pensarlo con una caja completa si van de picnic, rara vez veo terminar sus comidas con vaso con agua u otra bebida que no sea una gaseosa bien fría, y los más pequeños de la casa ya tienen sus enormes vasos plásticos con sorbete a prueba de derrame para poder cargar cómodamente con la suya cuando salen de paseo en el colegio.

Nunca me había preocupado tanto el hábito de mis amigos hasta que un día vi en un centro comercial a unos niños pidiendo una vaso de gaseosa (Agrandado por solo 0.5 céntimos) acompañado de una DELICIOSA pero GRASOSA pierna de pollo crispy, es ahí donde uno se pregunta ¿En qué momento había descubierto la gaseosa ese pequeñin? La respuesta es simple: aunque no la lleves a casa, la gaseosa está en todas partes. Es la bebida más popular que existe; más que el agua en algunos lugares.

Esos niños eran muy pequeños para comprender lo dañino que pueden resultar esas bebidas, por eso que quiero compartir con ustedes información relevante respecto a esta famosa bebida gasificada. No soy experto en el tema es por eso que citaré a algunos autores que si lo son, al final la información es útil y universal.

Dos especialistas en el tema, los pediatras mexicanos Sandra Rangel de la Garza y Romeo Rodríguez Suárez, señalan que la alta concentración de glucosa y sacarosa en las gaseosas y jugos embotellados, así como de fructosa, fósforo y cafeína, ponen a los niños en riesgo de desarrollar serios trastornos como obesidad temprana, diabetes tipo 2, caries dentales, hiperactividad y desnutrición.

Los doctores advierten especialmente a los padres sobre los efectos negativos de las gaseosas en el organismo: “contienen ácido fosfórico, que impide la absorción de calcio, lo que produce descalcificación y huesos débiles que se manifiesta en talla baja y fracturas ante cualquier golpe o lesión”. La cafeína, por su parte, les provoca hiperactividad, nerviosismo y trastorno del sueño.

Pero quizás el mayor riesgo al que se exponen los niños y adolescentes, y especialmente las mujeres, con el consumo habitual de gaseosas es al de la obesidad temprana y las enfermedades asociadas con esa condición, como las cardiopatías y la diabetes tipo 2.

Otras razones para abandonar su consumo

-El agua carbonatada con la que se elaboran las gaseosas se asocia con la presencia de cálculos renales.
-Edulcorantes como el aspartame, usado en estas bebidas ha sido relacionado con daños a las células cerebrales y el desarrollo de tumores, además de elevar la acidez de la orina creando susceptibilidad a las infecciones del tracto urinario.
-La fatal combinación de ácido fosfórico con azúcar refinada y fructuosa presente en estas bebidas dificulta la absorción de hierro, lo que puede provocar anemia y mayor facilidad para contraer infecciones, especialmente en niños y embarazadas.

-El contenido de cafeína, de hasta 38 mg en algunos casos, de una botella de gaseosa, puede provocar el mismo efecto estimulante que el de una taza de café. Si se consume en cantidades elevadas puede causar insomnio, fatiga, úlceras, y serios trastornos del metabolismo.
-En los niños, la cafeína puede generar incontinencia urinaria, trastornos del sueño, pérdida de equilibrio, ansiedad, hiperactividad y depresión, entre otros síntomas.
-Según un estudio de laboratorio, las gaseosas endulzadas con jarabe de maíz de alto contenido de fructosa pueden contribuir al desarrollo de diabetes, sobre todo en los niños.
En conclusión las gaseosas no son un alimento, y prescindir de su ingestión sólo te traerá beneficios, pero si deciden no dejar de tomarlo al menos disminuyan progresivamente su consumo.

Saludos a todos...

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